quinta-feira, 28 de novembro de 2013

CONTEMPLACION: CAMINO MÍSTICO OLVIDADO POR LOS CRISTIANOS

 

CONTEMPLACION: CAMINO MÍSTICO OLVIDADO POR LOS CRISTIANOS

S. Teresa de Jesús


La Contemplación es un camino que conduce hacia lo Divino y que ha
estado siempre al alcance del alma que busca conocer e intimar con
Dios. Es una experiencia que nos eleva de nuestra naturaleza humana
y nos saca a alturas que nos acercan al misterio del Amor de Dios.
Es como un sendero que poco a poco a través de la fe, la constancia
en la oración y el encuentro constante con Dios en nuestra vida, nos
eleva por encima de las limitaciones de nuestra materialidad para con-
ducirnos al gradual regalo del Dios que se nos revela y nos habla.
En la oración cristiana diferenciamos tres escalones: N. P. San Benito Abad
1- oración verbal (oratio)
2- oración meditativa (meditatio)
3- oración contemplativa (contemplatio)
los grandes místicos de Occidente fueron entre otros, Casiano, Evagrio Póntico, S. Buenaventura, el maestro Eckhart, Veda el Venerable Hildegarda de B. Gertrudis, Matilde, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y un etc...de muchos más nombres. del que voluntariamente hemos excluído a S. Ignacio de Loyola, y os preguntaréis por qué, la respuesta es : porque él abandonó la Tradición, entendiendo por contemplación una oración que incluye la imaginación, las representaciones, que tienen que ver con la meditación, pero nunca con la contemplación.
Diferencia entre meditación y contemplación. Es importante delimitar las fronteras de esos dos caminos de oración, para no confundirlos pensando que son iguales. La meditación se refiere a los dones intelectuales, a los sentidos, y a la razón, ocupándose de imágenes, palabras y metáforas que estimulen las potencias del alma. Pero los que buscan la contemplación, tienen que abandonar este camino, que se supone ya lo han practicado previamente como subir un escalón más, pero nos queda subir "más arriba", la contemplación sólo se puede dar cuando quedan en silencio la razón, la memoria y la voluntad. Todas las potencias del alma aquí están en un estado de sumisión o pasividad; ninguna idea, composición de lugar, serán admitidos, habrá que abandonar hasta las imágenes mentales o visiones, pensamientos..., contemplación es un "mirar en plenitud como simple aprendiz, lleno de sorpresa y abierto a lo que viene de Dios, irá sucediendo gradualmente en el orante. El fin es despertar en nosotros sólo al ser Divino, dejando de lado todos los recursos materiales, intelectuales y humanos que son un estorbo para la pura "visión de Dios".
Por hoy nos vamos a quedar con un consejo de alguien tan magistral en el camino de la mística como San Juan de la Cruz: En su libro Llama del amor vivo, escribe: "que en cuanto el alma comience a entrar en este estado sencillo y sereno de la contemplación, -se agota la meditación porque estorba el figurarse cualquier cosa de la meditación, figuras, palabras.. o agarrarse a consolaciones".
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